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18.2.17

Clavelina, la abuela que ha declarado la guerra al Impuesto de Sucesiones



Clavelina García, de 82 años, se ha convertido en un símbolo de lucha a favor de un Impuesto de Sucesiones más equitativo en todas las comunidades.

Es una heroína para los miles de asturianos, andaluces y extremeños que se quejan de pagar más que los madrileños al Fisco por heredar.

El PP afirma que la rebaja del impuesto de sucesiones en Andalucía tiene "trampa".

La revelación de la televisión es asturiana, tiene 82 años y no se ha hecho famosa por protagonizar el anuncio de la Lotería de Navidad, sino por defender un Impuesto de Sucesiones más equitativo para todos los españoles. Algunos la consideran una heroína, pero aún no lleva capa. 

Sólo un bastón con el que ha recorrido las calles de Pola de Siero (Asturias) para recoger más de 5.000 firmas en contra de ese tributo y sumarlas a las más de 100.000 que ha recogido una plataforma ciudadana en todo el país.

 Desde que apareciese en Espejo Público con una chaqueta morado podemos, Clavelina García se ha convertido en la portavoz de esos miles de asturianos, andaluces y extremeños que se quejan amargamente por tener que pagar más al fisco por heredar que los madrileños. 

«Clavelina es la madre de todos los españoles maltratados por gobiernos infames», es sólo uno de los cientos de piropos que le dedicaron en Twitter mientras ella denunciaba, como si fuese toda una veterana de los platós, que tuvo que abonar 80.000 euros para heredar «una casina» de su hermano valorada en 300.000 euros cuando en Madrid hubiera pagado sólo 800. «No me parece justo que tenga que regalar parte de mi casa al gobierno asturiano», explica Clavelina.

Su testimonio llegó en un momento en el que el debate del Impuesto de Sucesiones está en el candelero dado que cada vez son más las personas que se ven obligadas a endeudarse para cobrar una herencia o que tienen que renunciar a ella. Este caso ha aumentado en un 179% en los últimos diez años. 

Cada comunidad autónoma fija su propio tipo de interés y las cantidades son notables. En algunas de ellas hay que llegar a pagar hasta el 30% de la herencia recibida mientras que en otras no llega al 1%. Por una herencia de 800.000 euros, los andaluces, extremeños y asturianos son los que más tienen que pagar, los que menos en Madrid, Cantabria y Canarias. Estas diferencias motivaron su lucha puerta a puerta. Bar a bar.

Esta ama de casa, madre de tres hijos y abuela de cuatro nietos, hace especial hincapié en que todos los ahorros de su familia son fruto del trabajo de toda una vida dedicada al mundo empresarial en Venezuela, donde empezar desde cero puede ser mucho más complicado que en España. 

Su historia de lucha a contracorriente empezó cuando Clavelina se encontraba paseando por su localidad y se le acercó un grupo de personas pidiendo su firma para contribuir contra el Impuesto de Sucesión desorbitado que impera en Asturias. Clavelina no sabía ni siquiera lo que significaba. 

«Cuando me comentaron lo que era me preocupé por la situación de mis hijos y nietos, no quería que el día de mañana su herencia se convirtiera en un problema económico grave», relata Clavelina, quien no parará hasta sentarse con el presidente de su comunidad, Javier Fernández, a quien ha pedido visitar. Todavía no ha recibido respuesta.

Esta abuela insiste mucho en el problema de desigualdad de los derechos civiles y obligaciones de los ciudadanos. «Me molesta mucho que no todos tengamos que pagar lo mismo por heredar, en mi caso en Asturias con una casina pequeña que me dejó mi hermano de 300.000 euros he tenido que pagar 80.000, si viviera en Madrid sólo tendría que pagar 800», insiste. 

Además, está cansada de escuchar que el tema de las sucesiones es un problema que tienen las personas con un nivel adquisitivo muy alto. «Mucha gente aquí dice que este problema que yo he tenido es cosa de ricos, pero ni mucho menos es cierto; ¿son ricas las personas que trabajan toda su vida y ahorran para pagar un piso?», comenta.

La sierense se siente marginada por el gobierno asturiano y piensa que los ciudadanos de Asturias no deberían aceptar vivir con estas condiciones del tercer mundo. «Los culpables no dependen de ningún partido político, es indiferente el bando que sea. 

Yo he votado toda la vida a los socialistas pero no ejercen su trabajo, además, no entiendo cómo hay tantos políticos en Asturias. Siendo como un barrio de Madrid, tenemos multitud de consejerías, un Gobierno con una junta general con 45 diputados y, por si fuera poco, tenemos una corte de altos funcionarios para un millón de personas, ¿es realmente necesario?», expone.

La familia de la portavoz del pueblo asturiano piensa que estas diferencias respecto a otras comunidades hacen que en El Principado de Asturias todo tipo de familias de cualquier clase social quiera emigrar para residir en otras comunidades, donde no se les robe lo que es suyo y de sus familias. 

«Si tuviera dinero para irme de aquí me iría, pero no puedo. Están consiguiendo que Asturias pierda población y calidad de vida, la gente está cansada y quiere cambiar de residencia... Es una auténtica pena», explica.

Clavelina conoce de primera mano qué es pasar por malos momentos, lo que la sitúa del lado de las personas que luchan por lo que es suyo. «He tenido que pagar los 80.000 euros de impuestos que me pedían por la casa que me dejó mi hermano y no tendría la necesidad de luchar por los derechos sociales, lo hago por solidaridad y por no estar parada sin ayudar a las personas», dice esta mujer que insiste en alejar su protesta de tintes políticos.

Sus hijos han llegado a sentarse con ella y decirle que con su edad no es necesario dejarse la vida en luchar. «Mis hijos no saben que a mí esto me hace sentir muy viva. Si esto sale hacia adelante me recordarán como la salvadora del pueblo. Quiero concienciar a todos de que no importa la edad, todos somos igual de importantes y podemos hacernos fuertes, únicamente hay que creer y querer. 

Confío mucho en mi causa», zanja Clavelina, quien se ha convertido en el objeto de deseo de los programas de televisión gracias a un discurso entrañable y coherente, muy propio de esas mujeres que pasaron penurias en la posguerra. «Clavelina conecta porque es auténtica. 

Es apasionada, generosa y pura sensatez. Habla con tal seguridad que cuesta creer que esta semana haya tenido su bautismo ante las cámaras», asegura Susanna Griso, presentadora de Espejo Público. Los seguidores del programa ya han reclamado «un espacio propio» para Clavelina. Tiempo al tiempo.




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