Tullio
Simoncini es un médico nacido en Roma. Para ser más exactos, actualmente
es un exmédico. Su especialidad es la oncología, diabetes y las
enfermedades metabólicas.
Sin embargo, su nombre es reconocido en todo
el mundo y especialmente importante para un gran número de personas que
sufren o han sufrido a causa del cáncer gracias a su enorme
descubrimiento que habrá de quedar por siempre grabado en los anales de
la historia.
El Dr. Simoncini descubrió por primera vez en el mundo que
la causa del cáncer es un hongo llamado Cándida Albicans y esto lo llevó
al mismo tiempo a desarrollar un tratamiento para su cura.
Actualmente
en el mundo más de 8 millones de personas mueren a causa del cáncer
cada año y para el 2030 se calcula que habrán muerto 21 millones. En
Estados Unidos una de cada 4 personas mueren de cáncer, en Japón es una
de cada 3, por lo que el descubrimiento del Dr. Simoncini es sin duda el
descubrimiento del siglo y es merecedor sin duda del premio nobel.
En
sus 20’s, el Dr. Tullio Simoncini perdió a un familiar a causa del
cáncer con lo que decidió dedicarse al estudio de esta enfermedad. Y
ahora, después de muchos años ha podido responder a la pregunta que
hasta ahora nadie había podido responder: ¿Qué es el cáncer?
Su respuesta a esta pregunta es: el cáncer es un hongo, el hongo se llama Cándida Albicans
El
Dr. Simoncini con la firma convicción de que el cáncer es causado por
el Cándida logra desarrollar un tratamiento que al fin es capaz de curar
el cáncer. Su tratamiento ha podido curar incluso pacientes dados por
terminales por otros médicos por lo que han acudido a él una gran
cantidad de pacientes de todo el mundo que han oído de su prodigioso
tratamiento con la esperanza de salvar sus vidas.
Sin embargo, como era
de esperarse, muchos de los médicos quienes habían declarado como
terminales a los pacientes que fueron curados por el Dr. Simoncini se
sintieron heridos en su orgullo.
De igual forma las instituciones
médicas e industria farmaceútica, así como el colegio de médicos, al
demostrarse sus terapias convencionales, tales como la quimioterapia y
radioterapia, totalmente inefectivas, por lo cual sintieron sus
intereses financieros amenazados por el éxito de la terapia del Dr.
Simoncini.
El resultado fue que el Dr. Simoncini perdiera su
licencia médica, tal y como en el mito griego del dios de la medicina,
Asclepio. Asclepio utlizaba su conocimiento para curar un gran número de
pacientes y salvarlos de la muerte, lo que dio como resultado que ya
nadie muriera, por lo que Hades, el rey del Inframundo decidió quitarle
la vida.
Del mismo modo, al salvar vidas de pacientes con el
Protocolo Simoncini, tanto las instituciones médicas como la industria
farmacéutica perderían a un gran número de sus mejores clientes: los
pacientes de cáncer.
Sin embargo, los pacientes de cáncer luchan
desperadamente para sobrevivir, y para un paciente, un doctor es alguien
que cura enfermedades y el dolor, por lo que no llamarían doctor a
alguien que usa veneno y sólo acelera la muerte de un paciente.
Hipócrates,
el descendiente de Asclepio, juró mantener lo siguiente: “Prescribiré
los regímenes para el bien de mis pacientes según mi capacidad y mi
juicio, y nunca en perjuicio de nadie. No daré una droga mortal a nadie
aún si me lo piden”.
Incluso después de que el Dr. Simoncini
perdiera su licencia, los pacientes se enteraron de sus éxitos por
rumores o por medio de vídeos en Youtube. Una gran cantidad de pacientes
del cáncer continúan buscándolo para obtener su ayuda en contra del
cáncer. Por esa razón, el Dr. Simoncini se dió cuenta que debe luchar y
hacer frente a la adversidad.
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