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28.11.09

Suiza vende armas a países que violan los derechos humanos

El diputado suizo Joseph Lang lleva más de 30 años involucrado en la lucha contra las armas y la eliminación del Ejército en el país alpino. En los últimos dos años, este miembro del Partido Verde ha sido la voz cantante del referéndum que se celebrará el domingo para prohibir el comercio de armamento desde Suiza. Como líder de su formación en el Comité de Seguridad Nacional, Lang conoce y denuncia las contradicciones en las que la Confederación Helvética incurre en política exterior.

Pregunta.- Dada la reputación de Suiza como país neutral, sorprende que no sólo produzca armas sino que además las venda a países en conflicto o que violan los derechos humanos.

Respuesta.- Cada año, la Confederación Helvética se gasta 180 millones de francos suizos en ayuda a países en desarrollo, pero esos mismos países se gastan 150 millones en armamento suizo. Eso significa que al final, hay más destrucción que construcción, porque una parte de esos 150 millones que se han gastado en armas será utilizada, y eso destruirá mucho más de lo que los otros 180 millones han creado.

P.- ¿Por qué defiende el «sí» en el referéndum?

R.- En primer lugar, para salvar vidas. Las armas suizas también matan, si no nadie las compraría. Y en segundo lugar porque en nuestra Constitución hay algunos principios que establecen la ayuda a países pobres, la ayuda al desarrollo de los derechos humanos en el mundo, la ayuda a los procesos de paz… y, evidentemente, mandar armas a esos mismos lugares es, además de estúpido, una contradicción.

P.- Un sondeo del Gobierno señala que el 92% de los suizos se sienten orgullosos de la neutralidad de su país. Pero, después de los datos que acaba de dar, ¿se puede hablar de neutralidad?

R.- Las armas nunca son neutrales. Por ejemplo, Suiza vende armas de alta precisión al Ejército británico, con las que después hace la guerra en Afganistán. Eso no tiene nada de neutral. Con esa participación indirecta, Suiza pierde la oportunidad de convertirse en un valedor de la paz.

P.- Según los opositores de la iniciativa, una victoria del «sí» pondría en peligro la seguridad nacional. ¿Un país neutral necesita de un Ejército?

R.- Esa es una buena pregunta. Yo estoy convencido de que Suiza no lo necesita porque el enemigo tradicional ya no existe. Como la derecha es plenamente consciente, lo que quiere es que el Ejército tenga más presencia dentro del país, pero para eso ya tenemos a la policía y para las catástrofes naturales no necesitamos ni tanques, ni pistolas ni aviones de reacción.

P.- ¿Quiénes son los enemigos de Suiza? No me imagino yo a Liechtenstein invadiéndoles…

R.- Como en realidad no hay ningún enemigo concreto, pues [la derecha] hace un giro dialéctico en su argumentación y dice que tenemos que estar preparados para cualquier peligro posible.

P.- ¿Tienen miedo de un ataque terrorista?

R.- Hay un cierto peligro. Suiza nunca ha sufrido un ataque terrorista, pero eso no quiere decir que lo que pasó en Londres o Madrid no pueda suceder aquí, aunque la probabilidad es muy pequeña. En cualquier caso, el Ejército no pudo hacer nada para prevenir el 11-S, así que Suiza tampoco va a poder prevenir un ataque.

P.- De todas maneras, los suizos siempre han tenido una cierta obsesión con su seguridad nacional. No hay que olvidar tienen búnkeres suficientes para albergar a la totalidad de la población suiza…

R.- Sí, esa obsesión fue especialmente importante durante la Guerra Fría. Las cosas han cambiado, aunque aún quedan restos de esa paranoia. Creo que en parte tiene que ver con nuestra mala conciencia porque Suiza ha obtenido muchos beneficios del resto del mundo gracias a su secreto bancario o a las empresas internacionales con sede aquí que explotan el Tercer Mundo.

P.- Suiza es también uno de los países del mundo con más armas en manos privadas per capita, con un 35% de los hogares con algún tipo de pistola en casa…

R.- Desde la Segunda Guerra Mundial existe la tradición de que los hombres tengan un arma en casa durante el servicio militar, pero una vez ya lo han acabado, se la pueden quedar de todas maneras. Eso hace, que hoy en día haya unos 2,3 millones de armas en manos privadas, y 200.000 más si tenemos a los actuales milicianos.

P.- A principios de este año, consiguieron reunir también las firmas suficientes para celebrar otro referéndum vinculante, en este caso contra las armas privadas.

R.- Sí, en Suiza los índices de criminalidad en el ámbito público son muy bajos pero, en cambio, el número de homicidios en la esfera privada y de suicidios en los que se ha utilizado un arma de fuego es mucho más elevado que en otro países. Si el acceso al arma es fácil, uno no tiene tiempo de pensárselo dos veces.

P.- Ese fácil acceso a las armas fue, justamente, el que facilitó el asesinato múltiple en el Parlamento de Zug de hace 10 años, en el que un hombre acabó con la vida de 14 de sus compañeros. Usted lo vivió en primera persona.

R.- Sí. Llevaba cinco armas encima, una de ellas un fusil que había comprado sólo dos semanas antes de la matanza. Ahora sé lo mismo que antes sobre las armas de fuego, pero lo que sí que cambió fue mi determinación. Para mí fue todavía más claro que algo tenía que cambiar en Suiza en relación con las armas.

Fuente: El nacional

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